EL CIELO SE LLENA DE FLORES PARA RECIBIR A «LOLA»

Julia Bachiller

Este 1 de julio de 2025 nuestros corazones se entristecían al conocer el fallecimiento de Mª Dolores Valle, a la que con cariño llamábamos y llamaremos «Lola», llegue desde aquí nuestras condolencias a su marido Antonio Rodríguez, sus hijos Toñi, Eugenia y Carlos, nietos, familia política y amigos, que hoy lloran y sienten la ausencia de un ser tan querido como fue y será «Lola».

Majariega de adopción, y «Malagueña por los cuatro costados», mujer con carácter y simpatía desbordante, que con ese tono suave y melódico de su acento malagueño siempre te arrancaba una sonrisa. Habitual usuaria de ese distintivo con el que la mujer andaluza combina tradición y personalidad, las flores naturales decorando su pelo, en su justa medida y situadas en el lugar adecuado, un toque de belleza que con orgullo lucio durante sus paseos por la Gran Vía, bien fuera del brazo de su madre en su momento o de su marido.

Hoy hay un balcón en Majadahonda con una silla vacía, desde donde al pasar frente a él siempre se escuchaba un cariñoso saludo de Lola, seguro que muchos seguiremos mirando ese balcón e interiormente respondiendo a ese cariñoso gesto.

Un balcón frente al cual se encuentra el local, que antaño con trabajo y esfuerzo fue el sustento de esta familia, el “Bar Yoli” todo un referente en esta ciudad, un desayuno antes de comenzar la jornada laboral, un receso a media mañana, el café de después de comer, la cervecita tras salir de trabajar…, Antonio y Lola en jornada continuada día tras día atendían a su habitual clientela, y nunca negaron un plato de comida al más necesitado. Entre los años 80-90 fue centro de reunión de numerosos jóvenes, atraídos por los “Minis” (Vaso de plástico de capacidad de 1 litro) de cerveza o combinado, junto a un plato de patatas recién fritas con tomate, para comenzar la jornada festiva del fin de semana.

Con el paso de los años el “Bar Yoli”, más conocido como el “Bar del Algarrobo” apodo que esta familia ha asumido como distinción y orgullo, fue traspasado, la jubilación llega como recompensa a tantos años trabajados.

Lola tuvo que irse, rodeada de sus seres más queridos, deja un marido y tres hijos con sus correspondientes familias, tras el duelo descubrirán como una gran esposa, madre y abuela como fue ella, les deja un valioso legado inmaterial, lleno de valores, conocimientos, y enseñanzas.

Querida Lola mandamos “50” besos al cielo para ti, ese número que tanto te gustaba, seguro serán muchos más los que te lleguen. Gracias Lola, por ese recuerdo imborrable que nos dejas.

Hoy ya nuestra querida Malagueña está en la casa del padre. Hoy, sin ninguna duda, se han abierto las puertas del cielo y en volandas la han llevado los ángeles y en la entrada María en la frente la ha besado. Hoy suenan en el cielo las campanillitas de plata y cristal. Ha llegado hoy al cielo un alma buena con garbo señorío y con sal.

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