
Julia Bachiller / Julia Marugán
En la Vigilia Pascual se conmemora la Noche Santa en la que el Señor resucitó, tiene lugar la madrugada del Domingo de Pascua, es la celebración más importante del año litúrgico cristiano, la primera celebración oficial de la Resurrección de Jesucristo, motivo por el cual la Conferencia Episcopal Española la define como “la madre de todas las santas vigilias”.
A las 23:00 horas la Parroquia de Santa Catalina Mártir quedaba a oscuras, los numerosos asistentes se trasladaban al exterior y tras ellos los dos vicarios parroquiales, el diácono portando el Cirio Pascual y nuestro párroco, Juan Francisco Pérez Ruano. Tras la bendición del fuego, encendido en un caldero de hierro, y rodeado de sus feligreses se procedió a encender el signo de Cristo resucitado, el Cirio Pascual que con delicadeza y esmero decora a mano nuestro párroco cada año.


Luz que fue compartida con todos los asistentes que portaban sus velas, símbolo de la Fe que todos recibimos y compartimos.




Tras el Pregón Pascual a cargo del diácono parroquial el templo salió de la penumbra de las velas, recobrando la luz para continuar con la liturgia de la Palabra, un diálogo entre Dios que habla a su Pueblo a través de las lecturas, las cuales fueron realizadas por integrantes de la parroquia, y un Pueblo que responde con Salmos y Oraciones, a cargo de nuestro párroco.


Seguidamente, llegaría la liturgia bautismal, tan importante como el fuego es el agua sin cuya presencia es imposible la vida, y por ello se bendice el agua para renovar nuestras promesas bautismales.
Culmina esta celebración con una eucaristía, el Sacramento pascual por excelencia, así la Vigilia Pascual se convierte en programa de vida, estar siempre a alerta y preparados para nuestro encuentro final con el Señor.
HA RESUCITADO ¡¡¡ALELUYA!!!

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