Julia Bachiller

Recientemente el exconcejal del Ayuntamiento de Majadahonda, Anselmo Soto, en el debate suscitado tras su exposición sobre urbanismo en Majadahonda, en un acto organizado por la Asociación Vecinal, donde se mencionó la situación de Roza Martín, vaticinó lo siguiente “Construcción de una pasarela que en el futuro habrá que demoler” , pues es de sobra conocido que “El vecino que se ha ido a vivir a Roza Martín, su problema no es venir andando a Majadahonda, su problema es salir de allí sin que tenga un atasco”. Por tanto, intentar solucionar este problema de tráfico comenzará en un futuro por efectuar obras en esa rotonda, donde recordemos uno de los pilares cedió por causas aún desconocidas, y como hizo ver Anselmo Soto “han cimentado en la glorieta”.

El Ayuntamiento de Majadahonda, una vez más, en los últimos años no deja de sorprender a los vecinos , dejando en total abandono inmuebles, como el antiguo colegio Rosa Agazzi que fuera sede de la Policía Local  o el edificio llamado de la London School, adquiriendo otros como el edificio de la Seguridad social, que se suponía iba a ser destinado a biblioteca, del cual incluso creo recordar se adquirió el mobiliario que reposará con sus embalajes en el interior del mismo, estos hechos los dejaremos en suposición hasta poder verificarlos.

Lo que podemos constatar es que a día de hoy la biblioteca, y la tan anunciada Ciudad de las Artes, son promesas incumplidas a las que por desgracia ya nos vamos acostumbrando.

Tomando como referencia este augurio de un doctor Ingeniero de Caminos, con la eterna construcción de la Pasarela de Roza Martín el Ayuntamiento ha cometido uno de sus mayores errores. Desde que en junio de 2021 comenzasen las obras, los vecinos llevan 4 años sufriendo los inconvenientes de las mismas, a lo que hay que sumar el incremento económico que ha supuesto su realización, el cual comenzó en 2 millones y se ha incrementado en 4 millones, y eso es algo que afecta a todos los majariegos por igual.

Como cantaba Freddie Mercury “The Show Must Go On”, según traducción el espectáculo debe continuar, la pasarela a ninguna parte algún día será inaugurada, y por buscarle algo bonito seguramente desde la altura ofrecerá buenas vistas.
En mi opinión esta pasarela es y será el “El Puente sobre el Río Kwai”, reflejo de que la ambición política es tan desmesurada que no se toma un respiro para valorar las consecuencias. Quedan dos años de legislatura, en la práctica uno, el otro se utiliza para comenzar la campaña política, veremos qué pasa entonces.