
Julia Bachiller
Este sábado 7 de septiembre (2024) la habitual clientela del Mercadillo de Majadahonda han sido los artífices de inaugurar la que en su día fue la polémica ampliación del lugar donde se ubican los puestos.
A modo de ensayo, el Ayuntamiento ha decidido experimentar el éxito o fracaso de su reubicación y la ampliación del mismo, para ello han elegido el último día de su celebración, ya que debido a las Fiestas Patronales no volverá a instalarse hasta el sábado 28 de septiembre (2024), como suele decirse… el tiempo lo cura todo.



Lo que el tiempo no cura es la desinformación a la que estamos sometidos los vecinos por parte del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento. Su primera hazaña data en el mes de junio, cuando informó a los vecinos de las obras que se iban a acometer en la zona del Mercadillo una vez comenzadas estas, incluso ante la falsa amenaza de bomba que tuvo lugar, no manifestó ni preocupación.
En el comunicado del día de ayer eludió claramente mención alguna a la nueva disposición de los puestos, centrando tan solo su atención en la nueva organización de movilidad del entorno. Incluso el 2 de septiembre lanzó un aviso por redes “Por trabajos de repintado y mantenimiento del parking del Mercadillo y su entorno próximo, no se podrá aparcar: Desde el martes 3 sep. por la tarde, al término del Mercadillo, hasta el viernes 6 sep”, y colorín colorado, la información se ha terminado. Repintado = Nueva ubicación de los puestos del Mercadillo, breves palabras cargadas de información que no suponen un esfuerzo escribirlas. Un vecino informado podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con las medidas tomadas por el consistorio, pero lo que nunca dirá al Concejal o Técnico responsable es “Yo no sabía nada”.



Mi opinión personal tras visualizar los cambios realizados en el Mercadillo es la siguiente:
En relación con la reubicación de los puestos, la clientela que acude al lugar transita de forma más holgada entre, sin el agobio de masificación que podía apreciarse desde el exterior anteriormente. Ahora serán los vecinos del lugar los que manifiesten si la cercanía de estos a sus viviendas les ha creado algún inconveniente. Consultado uno de los comerciantes me asegura que la ampliación les ha beneficiado. Pero siguen con una carencia de relevante importancia, pues los aseos siguen sin instalarse en la zona que llevan años reclamándose al consistorio.
Por otra parte, los contenedores de residuos han tenido que ser trasladados ante la ubicación de uno de los puestos, algunos han ido a parar a la calle Santa Rosa junto a los depósitos de recogida neumática, el mamotreto que invade la calle es un tanto llamativo.
En cuanto a la modificación que han sufrido las calles, los vecinos a los que el corte de la calle les afecte su plaza de aparcamiento tienen que solicitar al Policía Municipal que en ese momento le toque estar en el lugar, que retire las vallas para facilitarle el paso, o sea un “Valium” para el que le toque atender la zona, tan solo en explicaciones y reclamaciones recibidas imagino lo necesitarán.
El cambio permanente en la Travesía del Cristo debido a la estrechez de la calle es inevitable subirse con el coche por la cera cuando giras desde la calle Cristo para acceder a ella, un vehículo de mayor tamaño como un camión o una furgoneta lo tendrá complicado.


Tan solo ha sido el primer día de estreno, imaginamos que el consistorio tomará nota de los supuestos fallos que los vecinos les trasmitan directamente y no a través de terceros, que en ocasiones empeoran la situación, y tan solo irán corriendo a hacerse un video con el que demostrar que estuvieron allí, sin hacer nada constructivo, pero hay que justificar el sueldo, ya que la incompetencia la tienen más que demostrada y justificada.

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