Julia Bachiller

Aún me cuesta salir de mi asombro cuando durante el día de ayer leí una noticia en uno de los medios que se supone de mayor seguimiento local, Majadahonda Magazín. En el cual a modo de branding, método publicitario  cuyo objetivo es crear conexiones con el público para influir en sus decisiones de compra, Lidia García habitual redactora del medio contaba su propia experiencia y valoración del taller mecánico del que como ella misma reconocía es clienta “desde hace 15 años”, un largo periodo de tiempo en el que ambas partes han salido beneficiadas, y evidentemente me alegro de ello.

En su relato  asegura que “a veces cuesta encontrar un taller de confianza que repare averías, prevenga esos avisos que dan los ruidos del motor o realice cambios de aceite o neumáticos de forma rápida”, a lo que añade “tanto las grandes cadenas como los mecánicos desconocidos suponen en ocasiones un «susto» para la economía y el bolsillo”, e incluso llega a reconocer en referencia al propietario del negocio “me dio confianza no solo su honradez con los precios y su eficacia en la solución a esos pequeños y grandes problemas del coche, sino su amabilidad y comprensión para darme respuesta”, un taller que como bien se desvela al adjuntar su dirección está ubicado en Las Rozas.

Resulta triste y lamentable, que la candidata 20 de VpMJ en las pasadas elecciones, cuyo marido , Federico Martínez Utrera, actual concejal en el Ayuntamiento por ese partido, y ambos redactores y este último propietario del medio donde se ha publicado la noticia, pongan en tela de juicio la profesionalidad e incluso honradez de los talleres mecánicos de Majadahonda, ya sean particulares o concesionarios de reconocidas marcas del mundo del automóvil.

En mi opinión, de manera desafortunada, ha hecho uso de su derecho a exponer unos hechos en primera persona que desprestigian tanto al partido que representa  y dañan al comercio local, en esta ocasión en el ámbito del motor.

Tras muchos años trabajando en el sector de la automoción en Majadahonda le puedo asegurar, que en cuanto a la rapidez esta va condicionada por el volumen de trabajo en cada época del año, no se puede exigir rapidez si nos presentamos de forma precipitada sin aviso previo y exigiendo ser atendidos. En relación al excesivo coste de las reparaciones, existe un presupuesto previo a la reparación el cual está en su derecho de aceptar o no, que el sueldo de un concejal del Ayuntamiento de Majadahonda le ocasione sustos a la hora de abonar una factura, permítame que lo dude. En cuanto a la honradez es igual que a los políticos “se les supone” pero nunca se pone en tela de juicio. Y la amabilidad y comprensión tanto vendedor como comprador tienen que poner de su parte.

Ante lo mencionado tan solo me queda una última reflexión, como decía el mítico anuncio “Busque, compare y si encuentra algo mejor…” cómprelo pero siempre pensando en beneficiar al empresario y comerciante de Majadahonda. ¡Claro! Que estamos en momentos en que las cartas de recomendación para beneficiar a terceros esta de moda aunque esta vez sea desde un medio de comunicación.

Por favor, no echemos por tierra a esos comercios y empresas a los que tanto cuesta levantar el cierre cada día (frase del exconcejal Ángel Alonso cuando dirigía la concejalía de Comercio y que nunca olvidaré).