LOS NUEVOS LOCALISMOS (VECINOS POR MAJADAHONDA): UN AÑO DE POPULISMO Y DE CONTRADICCIONES 

Zacarías Martínez

Se cumple ahora un año de las elecciones municipales celebradas en 2023 y, por tanto, es un buen momento para reflexionar sobre algunos aspectos relevantes de la acción política de quienes componen la nueva corporación. De la acción de gobierno y de la oposición clásica convendría ocuparse en un análisis ad hoc, porque lo que aquí nos ocupa (por novedoso) es valorar a las fuerzas recientemente incorporadas a la noble tarea pública de representar a los ciudadanos (a todos, no solo a quienes les han votado). 

Me refiero naturalmente al partido político Vecinos por Majadahonda, que ha irrumpido con fuerza en el panorama municipalista majariego con casi el 7% de los votos (casi 2.700 papeletas) y nada menos que dos concejales, y que concurrió, como su nombre indica, con un mensaje nítidamente localista y de preponderancia de la gestión sobre la política.

Para analizar su singladura nada mejor que echar un vistazo a su periódico de cabecera (la mancheta del diario on line no oculta que uno de sus redactores es concejal de VpMJ) y a su página web. Por empezar por esta última, el autoanálisis que realizan no puede contener más elementos populistas (por no llamarlos absurdos): “El Grupo Municipal de «Vecinos por Majadahonda» ha hecho balance de sus primeros 6 meses en el Ayuntamiento, período en el cual ha contestado 235 llamadas telefónicas y correos electrónicos de vecinos que solicitaban información, planteaban quejas o resolución de problemas, y ha recibido 20 visitas de asociaciones y particulares que se interesaban por estas mismas cuestiones y por la actividad municipalista de este grupo vecinal. Se han redactado y defendido además 10 Mociones, 45 Intervenciones en pleno, 13 Ruegos y Preguntas, 38 intervenciones en comisión y 2 solicitudes de expedientes.”

Lo mismo ocurre con otra parte de su análisis: “Los dos concejales de «Vecinos por Majadahonda», Carlos Bonet, portavoz municipal y Federico Martínez, portavoz adjunto, han participado en numerosas actividades durante este mes de mayo de 2024 en conexión con los vecinos”. Nada que añadir. 

El populismo suele infravalorar la capacidad crítica de los electores y, en este caso, no puede ser más evidente: ¡cómo si a los majariegos nos importara más el número que el contenido de las actuaciones políticas!. Tengo para mí que tales explicaciones revelan más una justificación interna que un balance público riguroso y de interés ciudadano sobre su presencia en el consistorio majariego. 

En cuanto a los medios, recuerdo algunas (auto) noticias que, además de atribuirse la iniciativa de la acción política (dos concejales de veinticinco), garantizaban la bondad y el éxito de la misma. Les invito, en este sentido, a que acudan a cualquier buscador para localizar la (auto) medalla del techado del Cerro del Espino durante la  temporada 23-24 y, acto seguido, acudan a dicho recinto y localicen tal instalación. O la apropiación (indecorosa) de las iniciativas para arreglar los colegios de Majadahonda, cuando la Plataforma por la Educación Pública lleva años luchando por esta causa. O cuando se autoproclamaron líderes de las reclamaciones de Huerta Vieja por haber publicado los informes de los técnicos municipales en su página web, cuando los teníamos todos los ciudadanos.

Pero lo que ha constituído el mayor acto de populismo jamás visto en una institución municipal es el hecho de que Vecinos por Majadahonda se autoproclame como mediadora entre ciudadanos y Ayuntamiento de Madrid para recurrir las multas por exceso de velocidad de la Avenida de la Victoria (El Plantío). Los políticos son políticos y no pueden bajo ningún concepto actuar de facto como facilitadores o incluso representantes jurídicos de los (legítimos) intereses de los vecinos ante otras instituciones. ¿Van ustedes a facilitar los recursos a todo aquel ciudadano que se le haya sancionado de forma injusta o irregular? ¿Debemos pensar que a partir de ahora, las dependencias de su grupo municipal (que pagamos todos) serán el punto para reclamaciones administrativas, civiles o incluso penales de todo ciudadano sancionado? Por mucho que las multas hayan sido sentenciadas como injustas, con los impuestos de todos nadie puede pagar la defensa de unos cuantos,  por muy legítimas que sean sus reclamaciones. 

Mención aparte merece la permanente invocación que ya desde la campaña electoral realiza tal partido a la gestión como fuente de todas las virtudes y también de todos los problemas. Recurrir a tal concepto es del más añejo populismo. Si de verdad piensan que los problemas que acucian a los majariegos encuentran su razón de ser en la mala gestión, lo que deben decir a continuación es que, en lugar de elecciones, se contrate a un Consejero Delegado formado y experimentado, junto con unos buenos directores jurídicos y financieros, para que gestionen de forma correcta los bienes de los ciudadanos. 

Pero no lo dicen porque saben que no es cierto. Antes de la gestión hay una decisión política tomada por los legítimos representantes de los ciudadanos (esa es la base de la democracia) y las consecuencias de esa decisión son las que hay que gestionar. Decirlo al revés es engañar a los ciudadanos. Por ejemplo, la actual alcaldesa (y sus predecesores) ha tomado una decisión respecto del caso Huerta Vieja: licitar una gran obra para reconstruir dicha instalación en lugar de proceder en su día a reparar los desperfectos encontrados. Esa es una decisión política. Así que no insistan, la gestión es una cosa y la iniciativa política es otra (por cierto, para la que 2.665 majariegos y majariegas les han votado).

Lo mismo puede decirse de su insistencia en el localismo, llegando a afirmar incluso que “…Nada de Ayuso ni de Pedro Sánchez, aquí estamos en Majadahonda, para solucionar los problemas de la gente de Majadahonda, de los vecinos, de los que viven y trabajan aquí. Convendría recordar a renglón seguido que este grupo político no se siente concernido por la educación y la sanidad, por ejemplo, al ser competencias regionales. O que tampoco les importará que nada menos que el 25% de los ingresos municipales vengan como transferencias directas de otras administraciones (central y regional): 19 millones de la primera y 3 millones y medio de la segunda en 2023. 

En fin, mucho que mejorar para no ser estrellas efímeras (recordemos Torrelodones y otros pueblos). Algunas pistas. Más transparencia en eventuales colisiones de intereses. Coherencia en la defensa de los derechos de todos. Definición de un proyecto de futuro para Majadahonda.

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