EL PÁRROCO DE SANTA CATALINA DE MAJADAHONDA PINTA LA IGLESIA DE ROSA

Las Julia’s

Durante la mañana de ayer fuimos alertadas de que algo insólito acontecía en la Parroquia de Santa Catalina Mártir de Majadahonda, inmediatamente nos trasladamos al lugar para verificar lo sucedido. Allí encontramos al párroco, al que entrañablemente sus feligreses llaman “Paco”, subido en una escalera, con un bote de pintura rosa y una brocha, pintando parte de la fachada de la iglesia, se hallaba tan inmerso en tan ardua y extraña labor que decidimos no preguntarle e indagar por nuestra cuenta lo sucedido.

Fuentes cercanas al sacerdote nos relataban en el exterior que minutos antes, de ejercer la profesión de pintor novel de brocha gorda, le vieron manipulando el incensario, motivo por el cual nos dirigimos raudas a la sacristía. En el umbral de la puerta nos aguardaba Amparo Córdoba, habitual sacristana, de la cual no diremos su segundo apellido para mantener el anonimato solicitado, desprendiendo un intenso olor a incienso de la Catedral de Burgos, con su ropa y cabello aún humeantes, nos aseguró “No me explico qué ha podido pasar, las cantidades de incienso eran las que habitualmente utilizaba”. Ante la “inocente” posibilidad de verificar la relación entre el incienso y la posterior actitud del párroco, decidimos abandonar nuestra investigación de las posibles causas.

En el interior de la iglesia dos hechos llamarón nuestra atención, atrincherado en la capilla donde está expuesto el monumental Belén, ambas puertas de acceso cerradas con llave, se encontraba Ildefonso, belenista de la parroquia, al cual escuchamos decir “Aquí no entra, por lo que pueda pasar”. Y llamó nuestra atención que el Coro de Santa Catalina estaba cantando, encadenando cánticos con un elevado tono que facilitaba escucharlo desde el exterior. Quedaba claro que asumir la profesión de pintor lleva consigo el escuchar música, bien sea con una radio, o dado el caso haciendo cantar al Coro.

En el exterior los vicarios parroquiales no salían de su asombro, el Padre Pedro se preguntaba “¡¿Pero qué hace este hombre?!”, para seguidamente afirmar “A mí no me gusta el rosa, me voy a dentro”, el Padre Fernando perplejo observaba sin pronunciar palabra.

Entre las pocas personas que transitaban por el lugar se dio el caso de la presencia de un pintor profesional que al verlo exclamó “¡Qué horror!… eso se pinta con rodillo, se está dejando zonas sin cubrir”, para seguidamente continuar su camino.

Muchas cuestiones quedan en el aire, ¿de dónde sacó la pintura?, y ¿la brocha?, él que cada año utiliza minúsculos pinceles para decorar el Cirio Pascual. De lo que no tenemos duda es de donde obtuvo la escalera, Antonio Machado en su poema “La Saeta” solicita una, ante la gran labor pastoral de este párroco en Majadahonda siempre habrá alguien que le preste una escalera, para pintar la parroquia de rosa o para lo que haga falta.

P.D.:

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