EL AYUNTAMIENTO DE MAJADAHONDA OTORGA LICENCIA A LAS BORRACHERAS, RUIDOS Y PELEAS EN LA GRAN VÍA.

Julia Bachiller

Los vecinos de la Gran Vía de Majadahonda  desde este pasado 15 de agosto (2024) vuelven a padecer el  griterío, borracheras y peleas que ocasiona la clientela de uno de los más polémicos bares de copas de Majadahonda, ubicado en plena calle central del municipio en el Centro Comercial Gran Vía 33, y que llevan años, los pacientes y !hartos! vecinos, solicitando su cierre. Petición que durante varias legislaturas el consistorio ha debido archivar en lo más íntimo de su ser.

Agradecer a la concejalía de Seguridad y a la Policía Local su implicación en intentar solventar esta lacra que lleva años causando molestias,  que en ocasiones les somete al duro trance de apaciguar a individuos e individuas en un lamentable estado de agresividad, provocado por el alcohol y quizás otras sustancias nocivas para la salud que ingieren.

Esperemos que la concejalía que otorga estas autorizaciones la próxima vez valore si se trata de un local con antecedentes de ocasionar alteraciones en la vía pública antes de otorgarles la licencia de apertura.

Han sido 5 meses de calma y silencio para los vecinos, tiempo durante el cual el propietario del local ha reacondicionado las instalaciones, imaginamos que con una elevada inversión, ya que ahora amenaza con abrir de lunes a domingo para recuperarse económicamente.  En esta ocasión lo ha dejado bajo la dirección de una conocida empresaria majariega, que tiene en su haber tres locales de restauración latina, uno de ellos en la calle Norias el cual destaca por las molestias que ocasiona al vecindario, música, altercados, griterío… son la marca de la casa, motivo por el cual imaginamos que el garito de copas de Gran Vía 33 es su ambiente habitual al cual está adaptada.

La entrada clandestina de los clientes al local, ya que la realizan a oscuras, pues el centro comercial cierra a las 10:00 horas, momento en el que se retira el empleado de seguridad y se apagan las luces, el aforo se controla con la subida y bajada del cierre para dar acceso o salida a la clientela, un detestable y continuo sonido  metálico difícil de ignorar, que cesa sobre las 3:30 horas que salen los empleados.

Desde su inauguración la presencia policial se ha requerido casi a diario, la más llamativa fue la del pasado sábado, una pelea que comenzó en el restaurante que hay enfrente y se trasladó en dirección al Ayuntamiento.

Aprovechamos la ocasión para advertir a los hosteleros de la zona por si echan de menos alguna silla de su terraza, estas suelen ser utilizadas para lanzárselas durante los altercados, seguramente en alguna calle cercana aparecerán.

Entre altercados, y el griterío hasta consumir la última copa que sacan del local, la “fiestuqui“ termina aproximadamente sobre las 4:00 horas y tres horas después los equipos de limpieza comienzan con su habitual tarea en la calle central, los bares con terraza a las 8:00 horas tienen que empezar a montar sus mesas con la zona medianamente adecentada

Los vecinos disponen de tres horas para supuestamente dormir y descansar. Esperamos que a la concejalía que corresponda, se plantee la subvención de “Valium” para uso de los residentes de la zona, un ajetreo así a diario no hay quien lo resista, y la paciencia tiene un límite.

P.D.: Señora Alcaldesa y Señores concejales, a los vecinos no nos importa donde duerman o descansen ustedes, lo que nos interesa es dormir y descansar nosotros.

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